“Ahora cuando Jesus entró a Capernaum, un centurión vino a Él, suplicándole, diciendo: ‘Señor, mi criado está en casa paralizado, terriblemente atormentado’. Y Jesús le dijo: ‘Yo iré y le sanaré’. El centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Pero sólamente di una palabra, y mi criado sanará […]
