Si bien aún no hemos entrado en la gloria, allí permanece pacientemente el Señor; preparándonos en fragmentos a la vez en intervalos de tiempo, redimiendo lo que fue y que ahora se está transformando en lo que está siendo manifestado nuevamente, y de manera repentina en nosotros. El Señor está restaurando lo que una vez se perdió en el huerto y está haciendo volver a Su pueblo a la verdad. Cuando la gloria se manifieste plenamente, no habrá más supresión de la verdad (Romanos 1:18 Reina-Valera 1960). La redención total ocurre como justicia, o como el entendimiento correcto nos es revelado a través de la revelación de la Palabra.
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá.
(Romanos 1:17 Reina-Valera 1960)
Cuando abrimos nuestro corazón para recibir la revelación, el Señor nos impregna con Su carácter y Su naturaleza divina. Si se nos revela la justicia, eso significa que se está revelando el entendimiento correcto de la Palabra de Dios.
La palabra “revelado” proviene de la palabra griega “apokaluptō”, que se divide en dos raíces: “apo-” que significa “destruir” y “-kalupto” que significa “el velo” o “cubierto”. Así que el Señor nos está revelando Su justicia al deshacer el velo que cubre nuestros ojos y como resultado, se está manifestando en nosotros a través de la revelación de Su Palabra divina (Romanos 1:19 Reina-Valera 1960). El Señor quiere redimirnos de nuestra deuda a causa de nuestra ignorancia y quiere ayudarnos a recuperar la posesión de Su justicia. Los frutos del espíritu, o las características de Dios, contienen toda bondad, justicia y verdad (Efesios 5:9 Reina-Valera 1960). El Señor viene en aquellos que hayan sembrado y hayan sido fructíferos en sus labores.
“En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”.
(Apocalipsis 22:2 Reina-Valera 1960)
La palabra “ceder” en griego habla de pagar deudas, salarios o pagar lo que se debe según la definición del Diccionario Bíblico Thayer. El Señor espera que seamos como árboles plantados firmemente en la Palabra, que da fruto en su tiempo (Salmos 1:3 Reina-Valera 1960), y en el libro de Isaías los hijos de Israel recibieron muchas advertencias para practicarla justicia, para que comiezen del fruto de sus obras (Isaías 3:10 Reina-Valera 1960). La palabra para fruto en griego es “karpós”. De acuerdo con la definición del Diccionario Word Study (del estudio de la Palabra” “la vida humana redimida se presenta como un campo del que Dios es el dueño, a la espera del fruto que dará y compartirá con Él”. En 1 Corintios, Pablo también se refiere a nosotros como campo cultivado por Dios.
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”
(1 Corintios 3:9 Reina-Valera 1960 )
Hoy en día al estudiar la palabra de manera que nos es revelada, producimos el fruto que Dios espera de nosotros para poder causar un impacto en las vidas de las personas. . Mientras nos preparamos, unidos en un mismo sentir como el cuerpo de Cristo tendremos parte en todo lo que el Señor tiene para nosotros..