El cerebro humano es un órgano complejo dentro del cuerpo humano. Este órgano controla la función motora, la visión, la respiración, la temperatura corporal, etc. Cuando se habla del cerebro frente a la mente, algunas personas creen que son lo mismo. Muchas veces, las dos palabras se usan indistintamente. Sin embargo, el cerebro humano es el lugar físico donde reside la mente. La mente controla los pensamientos, las emociones, los recuerdos, la forma en que procesamos las cosas en la vida y nuestra forma de razonar. La mente no se puede tocar ni ver; es el intelecto de una persona.
“Tu mente es un campo de batalla, sé su comandante, no su soldado”.
~ Desconocido
Si entendemos el papel de un comandante y un soldado, podemos captar rápidamente la diferencia entre los dos. Un comandante da órdenes, mientras que un soldado se somete al comandante y sigue las órdenes que recibe. Hay una batalla constante ese ácidos diario dentro de nuestras mentes. Recibimos tanta información, estímulos visuales y semillas de varias fuentes; todos estos factores afectan la forma en que nuestra mente percibe y reacciona. Si tenemos la intención de ganar control y autoridad sobre nuestra mente, debemos aprender a hacerlo de acuerdo con la Palabra de Dios. Una cosa que debemos recordar es que no estamos peleando una batalla física con armas naturales, sino más bien una batalla espiritual que se pelea con el conocimiento de Dios, que lleva cautivos nuestros pensamientos y bajo la obediencia de Jesucristo (2 Corintios 10:3-5).
En Romanos 12:1-3, Pablo está hablando con la iglesia y diciéndoles que deberían vivir una vida rendida a Dios:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”
Romanos 12:2
En el griego, la palabra mente onosotrossignifica la comprensión, los pensamientos, los sentimientos, los propósitos y los deseos de una persona. Debemos preguntarnos si nuestra mente está sujeta a las cosas espirituales o si está sujeta a las cosas carnales? Las escrituras hablan de lo que sucede cuando una persona alimenta o entretiene su carne en lugar de suSespíritu El que siembra para su carne cosechará destrucción y el que siembra para el Espíritu cosechará vida eterna (ref. Gal 6:8).
Veamos un ejemplo natural de un agricultor que siembra semillas en la tierra para producir cosechas o frutos. Si la tierra o el suelo no es saludable o nutrido entonces el granjero no recogerá una buena cosecha. Por otro lado, si el suelo/tierra está sano y ha sido cultivado, el agricultor obtendrá una cosecha abundante. En este ejemplo, la tierra sana sería el Espíritu y la tierra enferma sería la carne.
¿Cómo renovamos nuestra mente? En el griego, la palabra “renovar” habla de una renovación, revivir o hacer algo nuevo. Cuando se está renovando una casa, los contratistas quitarán los pisos, pintarán, comprarán electrodomésticos nuevos, colocarán alfombras nuevas, repararán los gabinetes, etc. Toman algo que se ha desgastado con el tiempo y lo vuelven a hacer nuevo. Esto es lo que el Padre quiere hacer con la mente de los creyentes y seguidores de Cristo. Él quiere restaurarnos y revivirnos, para que podamos revestirnos de la mente de Cristo (ref. Filipenses 2:5-6). Al revestirnos de la mente de Cristo, estamos siendo transformados de adentro hacia afuera; nuestro carácter, percepción y deseos se están convirtiendo todos a la semejanza de Cristo.
El Señor desea que Su pueblo permanezca con Él y la forma en que podemos hacerlo es entendiendo y guardando Su palabra (Juan 14:23). ¿Qué determina si somos vencedores o no? Conocer los pensamientos, la sabiduría y la voluntad del Padre es lo que nos hace vencedores (Mateo 7:21).
¡Así entramos en el Reino de Los Cielos!