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Libertad de Perdón

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia…, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. – Colosenses 3:12-13

¿Alguna vez te sentiste atado por la amargura, el resentimiento, la ira, o incluso la venganza? Todos estos atributos se canalizan a un denominador común, – falta de perdón. La falta de perdón nos mantiene cautivos, y cuando tratamos de ser liberados y/o tratamos de alejarnos de él, de alguna manera nos tira de nuevo. Nos encontramos encarcelados por lo que alguien más nos ha hecho o dicho o incluso por la forma en que nos tratamos o miramos a nosotros mismos

¡Pero Dios! Él envió a Su Hijo para liberar a los cautivos. Él nos trajo la libertad de los sentimientos negativos de no perdonar, miedo y rechazo.

¡Pero Dios! Él envió a Su Hijo para liberar a los cautivos. Él nos trajo la libertad de los sentimientos negativos de no perdonar, miedo y rechazo. Estos sentimientos y emociones son mentiras y son destronados sólo por la sangre de Cristo que cubre una multitud de pecados. Para entender a fondo cómo destronar el pecado, debemos entender lo que realmente es el pecado. El pecado es opuesto al carácter de Dios. La palabra pecado en el diccionario, Léxico Hebreo – se describe como cuerdas que se utilizan para atar y medir. En el pasado, los arqueros usaban un cordón para medir cuán lejos estaban de golpear la diana o golpear la marca. Ellos lo explicarían como faltando la marca y usarían las cuerdas para medir la distancia por cuántos nudos o pecados estaban apagados de golpear la marca/ mira.

Entendemos que Dios es todo espiritual, y en Él no hay pecado (2 Corintios 5, 21). Por lo tanto, ni debemos encarnar el falto de perdón ya que esto no es un atributo o característica de Dios. Si llevamos el falto de perdón, entonces estamos perdiendo la marca. Jesús dice que debemos ser perfectos así como Su Padre en el cielo es perfecto (Mateo 5:48). Jesús nos dice en Mateo 6:14-15 que perdonemos a otros, para que nuestro Padre celestial también nos perdone a nosotros.

La escritura también nos dice que si no hacemos lo que Él dice – es decir, perdonar a otros – entonces tampoco nuestras ofensas serán perdonadas por nuestro Padre celestial. Pero, ¿qué es el perdón y cómo se ve al salir? Hasta que usted tiene que caminar completamente hacia fuera, pensamos que es fácil y se puede hacer voluntariamente. En la concordancia de la Biblia de Strongs, la palabra Griega perdonar en realidad significa libertad o liberación figurada, libertad y remisión. Es más que simplemente excusar un mal o estar de acuerdo con un mal que se ha hecho. Cuanto más nos volvemos como nuestro Padre en el cielo, más contenemos el Espíritu del Señor, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad/perdón (2 Corintios 3:17). Ni llegaremos a un acuerdo con el mal o el mal que alguien nos ha hecho. Debemos elegir liberar las ofensas que estamos cargando.

Ni llegaremos a un acuerdo con el mal o el mal que alguien nos ha hecho. Debemos elegir liberar las ofensas que estamos cargando.

Debemos elegir activamente perdonar y liberarnos a nosotros mismos y/o a la persona que nos ha herido u ofendido. Debemos elegir liberarlos de la esclavitud y del mal que se cometió contra nosotros. Cuando usted mira en la palabra perdón aún más profundo, esta palabra en griego habla de cancelar una deuda. Cuando alguien nos lastima o nos hace daño, sentimos que nos debe o que tiene una deuda que nos debe ser pagada. Así que sentimos que hay algo que tenemos sobre ellos o un proyecto de ley que ni ha sido pagado o reconciliado. Naturalmente, esperamos que esa cuenta o deuda nos sea pagada. Pero Dios ya ha declarado que ha pagado el precio más alto por nosotros (1Corintios 6:20) y que podemos entender quién es Él y ser como Él. Cuando perdonamos a otros y los liberamos de su deuda/pecado, estamos expiando por sus pecados al convertirnos en un sacerdocio real (1Pedro 2:9). El Apóstol Pablo habla de estar bien y ser capaz de hacer todas las cosas a través de Cristo que nos fortalece. Tener el Espíritu de Dios es donde obtenemos esta fuerza para poder perdonar. Debemos aprender y perdonar activamente a otros, ya que somos receptores de tal perdón milagroso. A medida que estamos saliendo del perdón por los demás, observamos cómo somos nosotros los que verdaderamente estamos siendo liberados.

Referencias:
Escrituras de la Biblia Reina Valera 1960 
Concordancia de la Biblia de Strong’s
Diccionario Lexicon, Hebreo – Arameo – Español  

Keywords:
Libertad
Perdón
Deuda
Expiación
Transgresiones


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