
Evalúe su relación con el Señor.
Todos tenemos un anhelo insaciable en los lugares más profundos de nuestro corazón, por tener cercanía con el Padre. Nuestra fe se correlaciona directamente con nuestra identidad en Cristo – cuanto más creamos, más sensibles seremos a la presencia de Dios y a Su propósito para nuestra vida. Entonces, ¿cómo aumentamos la fe? Por medio de la comprensión.
Volvámonos al principio – Génesis 1:1-4 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: “Sea la luz”; Y fue la luz. Vio Dios que la luz que era buena, y separó la luz de las tinieblas.”
¿Cuál es la “luz” que fue dividida por el Padre en el Día 1 y por qué fue tan buena?
Si echamos una mirada más profunda a la definición hebrea de “luz”, la palabra raíz de la que proviene es “ore” אוֹר, que significa ser la luz, brillante, o ser iluminado [1]. La “luz” que se dividió en el Día 1, es el intercambio entre la comprensión correcta y la comprensión incorrecta. Juan el Amado, ilustra perfectamente la división en 1 de Juan 1:6-7: “Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en la luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de todo pecado.”
Juan fue considerado el más cercano a Jesús/Yeshua, de los 12 Apóstoles. Él puso su cabeza en el pecho del Salvador en la última cena (Juan 13:23); fue defendido por Yeshua después de que Pedro cuestionara su llamado (Juan 21:20-23); y escribió el libro de Apocalipsis que es la revelación completa del segundo advenimiento de Cristo, que pronto vendrá. El Apóstol nos entrega la llave para estar en una relación cercana y espiritual con el Señor: debemos andar en la misma luz. Yeshua cuidadosamente enseña a Sus discípulos la realidad de ser iluminados por Su entendimiento:
Mateo 13:10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”
Mateo 13:11 Él, respondiendo, les dijo: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado.”
Mateo 13:12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Mateo 13:13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
El propósito de las parábolas era abrir los ojos espirituales de los 12 Apóstoles, lo que resultaba en una relación cercana con el Maestro supremo.
Cuando comenzamos a ver las cosas espiritualmente, comenzamos a andar como lo hizo Yeshua. Atrajo a los 12 Apóstoles de manera más profunda al permitirles la oportunidad de ser desvelados. La revelación estuvo completamente determinada por cuán hambrientos y enseñables eran para conocer los secretos de Dios. Pablo Apóstol escribe sobre estos secretos a la iglesia en Corintios:
1Cor 2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez en la fe; no la sabiduría de este mundo ni de los poderosos de este mundo, que perecen.
1Cor 2:7 Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,
1Cor 2:8 la cual ninguno de los poderosos de este mundo conoció, porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria.
1Cor 2:9 Antes bien, como está escrito: “COSAS QUE OJO NO VIO, NI OÍDO OYÓ NI HAN SUBIDO EN CORAZÓN DEL HOMBRE, SON LAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LO AMAN”.
1Cor 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.1Co 2:11 Porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Fundamentalmente, ser “espiritual” depende de nuestra capacidad de romper el velo de nuestro entendimiento carnal para ver el significado oculto en las Escrituras. La Biblia dice muchas veces sobre la importancia de tener ojos para ver, oídos para escuchar, para entender, o ser iluminado (Deuteronomio 29:4, Isaías 37:17, Lucas 10:23, Jeremías 5:21, Ezequiel 12:2, Marcos 4:12).

Sin el espíritu de Dios, es imposible ver los misterios ocultos de la Escritura, por lo que es difícil ver cosas eternas o celestiales. En la segunda carta a la iglesia de Corintio, Pablo dice claramente que “…pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Corintios 4:18).” Estas cosas que no se ven son cruciales para nuestra espiritualidad y la sanación eterna de nuestras almas.

Uno de los más grandes teólogos cristianos, Orígenes de Alejandría (entre 184 – 253 DC), también escribió de buscar el significado espiritual de las cosas “vistas” y “no vistas,” en las Escrituras. Explica además la relación entre los dos:
Por lo tanto, así como los “vistos y no vistos” (cf. 2 Corintios 4:18), la tierra y el cielo, el alma y la carne, el cuerpo y el espíritu están relacionados entre sí, y este mundo está compuesto por estas relaciones, así que también debe creerse que la sagrada Escritura está compuesta de cosas vistas y no vistas. Consiste en un cuerpo, es decir, la letra visible, y de un alma que es el significado que se encuentra dentro de ella, y de un espíritu por el cual también tiene algo de lo celestial en él, como dice el Apóstol: “Sirven como copia y sombra del santuario celestial” (Hebreos 8:5). Puesto que esto es así, invocando a Dios que hizo el alma y el cuerpo y el espíritu de las Escrituras, el cuerpo para los que vinieron antes que nosotros, el alma para nosotros, y el espíritu para aquellos que “en la era venidera recibirán la herencia de la vida eterna” (Lucas 18 :18, 31) por el cual llegarán a las cosas celestiales y la verdad de la ley, no busquemos la letra, sino el alma….Si podemos hacer esto, también ascenderemos al espíritu. [1]
Orígenes explica que el puente entre los cielos y este reino carnal, se correlaciona con lo capaces que somos al entender el verdadero significado de la Escritura.
¿Cuán capaces somos para entender el significado verdadero de la Escritura?
Este es el puente entre los cielos y la tierra.
Cuando llegamos a la verdad de la ley, ascendemos en nuestra comprensión y nuestra realidad se vuelve espiritual. Cuanto más podemos ver las cosas espirituales en la Escritura, más podemos andar en la plenitud de Dios y ser “transformados en Su misma imagen de gloria en gloria, por la acción del Espíritu del Señor.” (2 Corintios 3:18)
¡Aleluya!
Bendiciones,
Amalia
Referencia:
1. El Léxico hebreo antiguo de la Biblia, AHLB-1020-J(V), Número de Diccionario de Strong – H215
2. Orígenes de Alejandría – “Espíritu y Fuego: Antología Temática de Sus Escritos”